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Se enardeció mi corazón dentro de mí;
en mi meditación se encendió un fuego
y así proferí con mi lengua:

«Hazme saber, Jehová, mi fin
y cuánta sea la medida de mis días;
sepa yo cuán frágil soy.
Diste a mis días término corto
y mi edad es como nada delante de ti;
ciertamente, es apenas un soplo todo ser humano que vive. Selah

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